Mis dos lecturas más recientes ("Los amos de México" y "Gritos y susurros") han sido resultado de la curiosidad que me despertó uno de los trabajos de co-edición en el que estuvo involucrada, en el verano del año anterior, mi amiga Analiux (a quien admiro profundamente y a quien le debo en gran medida lo aprendido en técnicas económicas) y que vio la luz como publicación en la edición de finales de octubre de la revista expansión: Las 50 mujeres + poderosas en los negocios.
Qué fue lo que atrapó mi interés en ese momento?, tres fueron las razones principales:
1) Un ranking de poder-economía tendría que incluir antecedentes de la formación al menos de esos 50 negocios (de los cuales alguno tendría que ser mexicano) y seguro obtendría conocimiento en términos históricos de organización industrial en nuestro país, lo cual siempre resulta complicado ya que nuestra infraestructura de información histórica - económica es pobre o en el mejor de los casos se encuentra en reciente desarrollo.
En gran medida, los más recientes y destacables logros en ese renglón se los debemos a las investigadoras Dra. Flor Brown y Dra. Lilia Domínguez de la UNAM.
Cuando Ana me platicaba del proyecto de esa publicación y de su recien adquirida importancia para la editorial en la que trabaja (segun esto, el equipo editorial se llevó una sorpresa al descubrir que el segundo número más vendido durante 2006 fue el dedicado a las mujeres empresarias), me remitía indudablemente a las lecturas de historia de las empresas estadounidenses de Edith Penrose, en las que relataba el desarrollo de la industria textil a partir del surgimiento de Singer y su estrategia de venta de servicio a través de la venta de las máquinas de coser o el desarrollo de los canales de distribución en la industria alimentaria gracias a la incorporación del sistema de refrigeración en los trenes.
2) La cuestión al tratarse de mujeres empresarias y 'poderosas', llamó aun más mi atención. Conozco muchas mujeres profesionistas y exitosas (amigas, familiares, profesoras, compañeras de escuela, trabajo, etc), indudablemente me declaro fan de cada una de ellas, a todas les he aprendido mucho y las admiro enormemente como personas, mujeres y profesionistas (me encantaría parecerme aunque fuera un poquito a cada una). A todas ellas les ha costado un ovario y la mitad de otro estar en donde estan, con varias he compartido lágrimas y risas, triunfos y fracasos, valores y temores... todas son exitosas... pero ninguna poderosa.
Después de pensarlo, me surgieron varias dudas: Cómo se mide el poder? se mide igual sin diferenciar el género? cómo ejerce el poder una mujer? y una mujer mexicana?
3) Como buena fan que soy de la historia, hay un género(?) dentro del tema de la historia que indudablemente se me da, me gusta, me encanta: el biográfico. Será cuestión de morbo? chisme? metichismo (jajaja, existe ese término)?... no lo sé, pero siempre que leo biografías que resultan de un buen trabajo de investigación me es sencillo almacenar en el RAM gran parte de la información.
Además, a diferencia de la publicación del año anterior (en el que el enfoque de los artículos fue de puros negocios: ventas, capacidad para negociar, historias de empresas o el lugar que ocupan en el organigrama de la empresa, etc.) la publicación de este año prometía presentar retratos de esas mujeres.
El listado de mujeres poderosas en los negocios en México de 2007, elaborado por Inteligencia Expansión me sorprendió en muchos de sus resultados: las 50 mujeres del listado representan el 1% de las mujeres trabajadoras del país y trabajan en puestos directivos de las empresas que generan ventas equivalentes a 86% del PIB.
Para determinar el nivel de 'poder', la metodología fue considerar las 'compesaciones' que obtienen ellas y ese dato fue ajustado considerando el tamaño de la compañía y otra información cualitativa de estas ejecutivas, como su trayectoria laboral, su educación y su participación en asociaciones y otras entidades profesionales y académicas.
De ahí mi duda de medir el poder... de verdad eso mide el poder?... no lo creo. Basta observar la edad de las mujeres en puestos directivos y el tiempo que les tomó llegar ahí (ver Marina Delaunay, "Detrás del poder", Expansión, 29 de octubre de 2007), y en el sector público, la cosa no es mejor: "A medida que vamos subiendo de nivel, se va reduciendo el número de mujeres" Rocío Ruiz (en "Cíntura política", Expansión, 29 de octubre de 2007).
Qué fue lo que atrapó mi interés en ese momento?, tres fueron las razones principales:
1) Un ranking de poder-economía tendría que incluir antecedentes de la formación al menos de esos 50 negocios (de los cuales alguno tendría que ser mexicano) y seguro obtendría conocimiento en términos históricos de organización industrial en nuestro país, lo cual siempre resulta complicado ya que nuestra infraestructura de información histórica - económica es pobre o en el mejor de los casos se encuentra en reciente desarrollo.
En gran medida, los más recientes y destacables logros en ese renglón se los debemos a las investigadoras Dra. Flor Brown y Dra. Lilia Domínguez de la UNAM.
Cuando Ana me platicaba del proyecto de esa publicación y de su recien adquirida importancia para la editorial en la que trabaja (segun esto, el equipo editorial se llevó una sorpresa al descubrir que el segundo número más vendido durante 2006 fue el dedicado a las mujeres empresarias), me remitía indudablemente a las lecturas de historia de las empresas estadounidenses de Edith Penrose, en las que relataba el desarrollo de la industria textil a partir del surgimiento de Singer y su estrategia de venta de servicio a través de la venta de las máquinas de coser o el desarrollo de los canales de distribución en la industria alimentaria gracias a la incorporación del sistema de refrigeración en los trenes.
2) La cuestión al tratarse de mujeres empresarias y 'poderosas', llamó aun más mi atención. Conozco muchas mujeres profesionistas y exitosas (amigas, familiares, profesoras, compañeras de escuela, trabajo, etc), indudablemente me declaro fan de cada una de ellas, a todas les he aprendido mucho y las admiro enormemente como personas, mujeres y profesionistas (me encantaría parecerme aunque fuera un poquito a cada una). A todas ellas les ha costado un ovario y la mitad de otro estar en donde estan, con varias he compartido lágrimas y risas, triunfos y fracasos, valores y temores... todas son exitosas... pero ninguna poderosa.
Después de pensarlo, me surgieron varias dudas: Cómo se mide el poder? se mide igual sin diferenciar el género? cómo ejerce el poder una mujer? y una mujer mexicana?
3) Como buena fan que soy de la historia, hay un género(?) dentro del tema de la historia que indudablemente se me da, me gusta, me encanta: el biográfico. Será cuestión de morbo? chisme? metichismo (jajaja, existe ese término)?... no lo sé, pero siempre que leo biografías que resultan de un buen trabajo de investigación me es sencillo almacenar en el RAM gran parte de la información.
Además, a diferencia de la publicación del año anterior (en el que el enfoque de los artículos fue de puros negocios: ventas, capacidad para negociar, historias de empresas o el lugar que ocupan en el organigrama de la empresa, etc.) la publicación de este año prometía presentar retratos de esas mujeres.
El listado de mujeres poderosas en los negocios en México de 2007, elaborado por Inteligencia Expansión me sorprendió en muchos de sus resultados: las 50 mujeres del listado representan el 1% de las mujeres trabajadoras del país y trabajan en puestos directivos de las empresas que generan ventas equivalentes a 86% del PIB.
Para determinar el nivel de 'poder', la metodología fue considerar las 'compesaciones' que obtienen ellas y ese dato fue ajustado considerando el tamaño de la compañía y otra información cualitativa de estas ejecutivas, como su trayectoria laboral, su educación y su participación en asociaciones y otras entidades profesionales y académicas.
De ahí mi duda de medir el poder... de verdad eso mide el poder?... no lo creo. Basta observar la edad de las mujeres en puestos directivos y el tiempo que les tomó llegar ahí (ver Marina Delaunay, "Detrás del poder", Expansión, 29 de octubre de 2007), y en el sector público, la cosa no es mejor: "A medida que vamos subiendo de nivel, se va reduciendo el número de mujeres" Rocío Ruiz (en "Cíntura política", Expansión, 29 de octubre de 2007).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario