agosto 25, 2006

La lluvia, las endorfinas y plutón


Ha sido increíble la cantidad de tiempo que he dejado en las avenidas de la ciudad por los cierres y por la lluvia... ayer, en la noche fue cansado, pero purificante.

La tormenta eléctrica durante todo mi camino me fue regalando un escenario espectacular mientras que la intensa lluvia iba ambientando mis pensamientos: mi reciente entendida y fugaz felicidad, la necesidad de un café calientito, los miedos y aún así mis alas llenas de ansiedad por la esperanza originada por la generosidad de mis endorfinas y... la ausencia de Plutón.

Esperanza, esperanza... alguna vez mi ma' me lo dijo: lo más terrible que le puede pasar a un ser humano es perder la fe, vivir sin esperanza... sin eso, más vale morir.

Me he sentido horrible después de estar contenta, mi reloj no está ajustado a los de las personas que tanto quiero, supongo que así es continuamente para todos, y no es que me encuentre echa un alcaltzercer de felicidad (si, así toda efervescente y haciendo burbujitas de alegría) o que hayan situaciones fantásticas en este momento para mi... pero estoy tranquila (como hacía mucho tiempo no lo estaba) y por ello he revalorado ese estado anímico.

Mientras disfrutaba de la lluvia en mi largo camino a casa, seguía pensando en ese estudio del que he platicado con el Capi y la explicación probable a la fuente de mi felicidad.

Al parecer desde 1975 se descubrió la de sustancia responsable de las sensaciones satisfactorias a la que debido a su parecido con la morfina se nombró endorfina (morfina endógena), románticamente llamada "hormona de la felicidad", en realidad se trata de un neurotransmisor producido por la glándula pituitaria y es la responsable de las sensaciones satisfactorias... las endorfinas además juegan un papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión ya que son las responsables de provocar un estado de euforia (sensación de felicidad) o lo que es igual a un flujo correcto de endorfinas en nuestro cuerpo.

Y al atravesarse un trueno con su luz y sonido espectacular, mis ideas me envolvieron: Tal vez cuando las endorfinas se ausentan los seres humanos llegamos al estado anímico de la resignación... el más terrible de todos, como si se tratase de un suicidio lento, continuo y cotidiano del alma (que angustia!).

Entonces esto es lo que podría calificarse como el encuentro de la piedra filosofal que tantos dolores de cabeza le dio a los legendarios alquimistas?

Uno de los puntos más asombrosos son los sencillos factores que estimulan la producción de la hormona feliz: tomar café (hora y media después de haber consumido dos tazas de café, el nivel de las endorfinas se mantiene sensiblemente alto), estar enamorado (produce una descarga de estres y estimula la descarga de estas hormonas), la práctica sexual, escuchar música y hacer ejercicio (presentan una secreción muy alta de endorfinas) y la risa que al explotar provoca la segregación de diversas sustancias a nivel cerebral, como adrenalina, (vinculada a creatividad e imaginación) y la dopamina (que estimula la agilidad mental).

Si, seguro esa es la razón de mi felicidad, la generosidad de mis endorfinas... la fuente? Ja! seguro fue el fin de semana seguido de los detalles del lunes y martes... pero la trayectoria de las circunstancias no siempre es una constante: a mitad de semana una llamada fue suficiente para llevarme a explorar otra vez Plutón y tratar de ahogar nuevamente en él la tristeza...

Sin embargo, oficialmente ayer Plutón (descubierto en 1930 y nombrado así en honor al Dios mitológico de las tinieblas infernales) fue declarado un planeta enano, por lo que ya no se considera parte de los planetas que han despejado las inmediaciones de su órbita... así que puedo seguir rulando en los anillos de Saturno cuando las hormonas de la felicidad fluyan pero el "planeta" Plutón ya no estará cuando quiera ahogar la tristeza...

Quizás mi felicidad sólo es consecuencia de la ausencia de mi planeta triste!

1 comentario:

Unknown dijo...

Qué loco, las lluvias traen coincidencias.

Saludos.