Imagen "Cigarette consumption" de Colin AndersonDesde que se aprobo esta ley antitabaco me he sentido rara:
... y no se parece a la emoción que sentía al fumar a escondidas en la parte trasera de los salones de la secundaria con Viviana.
... y no es igual al sentimiento de triunfo de robarle sus cigarros a mi padre cuando nadie me veía.
... y no es como aquella satisfacción que obtenía al fumar después de una discusión sólo para molestar al ex.
... y no me resulta anécdotico como el encuentro el año pasado en pleno viaducto en el que permanecimos estacionados 3 horas y le patrocine los cigarros a dos perfectos desconocidos que me regalaron su amena plática.
... y no se parece a la tranquilidad que me dio el cigarro cuando aquel policia alcoholizado envistió de frente mi auto.
... tampoco es esa sensación confortable en las charlas con mis amigos.
En realidad es una sensación de exclusión.
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