Seguramente fue la espera y la invitación realizada por las notas musicales la que llevó mi mente al mundo de la fantasía: imaginando el viaje de Arión por Sicilia, con sus poemas y el poder de su lira conquistando tesoros y fortuna; y claro, en el clímax de la noche, mi mente recreó la imagen de su viaje de regreso a Corinto y el ataque que sufrió por los marineros que deseaban apoderarse de su tesoro...
Imaginé también, mientras sucedía la suplica grupal y unísona al vislumbrarse el final de la noche, el instante en que Arión suplicó a los marineros que le permitieran tocar su lira antes de morir y después de hacerlo se arrojó al mar... para ser rescatado por los delfines que acudieron por el poderoso canto de su lira. En honor a dicho pasaje, Apolo transformó en constelaciones a la lira y el delfín.
Si, en mi imaginación y tal vez sólo por una noche, la Les Paul se transformó fantásticamente en la lira de Arión... sin embargo, tiene ya una eternidad en su constelación.
1 comentario:
Fue un gran concierto, qué bueno que pudiste estar ahí.
Saludos.
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