Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
Ella se siente a veces, Alaíde Foppa .
Alaíde nació en 1913, cuando su padre era cónsul en Barcelona vivió entre libros, pinturas, representaciones teatrales; se educó en España, en Suiza, Francia, Argentina y Bélgica, y en Italia obtuvo su doctorado en Filosofía y Letras. Casada con un ciudadano guatemalteco, adoptó la nacionalidad guatemalteca.
Nadie comprendía cómo Alaíde se daba tiempo para abarcar tantos intereses en su vida: la crítica de arte, el feminismo, la poesía, la docencia, la vida académica, madre y esposa.
Por razones políticas debió exiliarse en México por algunos años. Sus indiscutibles méritos intelectuales le permitieron ocupar la cátedra.
El 19 de diciembre de 1980, sólo un día antes de su regreso a México, el auto en que viajaba Alaíde Foppa fue interceptado por policías del G2 del ejército de Guatemala, en pleno centro de la ciudad.
Desde esa fecha, Alaíde pertenece a esa categoría que en América Latina ha adquirido carta de estatus civil: los desaparecidos.
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.
Ella se siente a veces, Alaíde Foppa .
Alaíde nació en 1913, cuando su padre era cónsul en Barcelona vivió entre libros, pinturas, representaciones teatrales; se educó en España, en Suiza, Francia, Argentina y Bélgica, y en Italia obtuvo su doctorado en Filosofía y Letras. Casada con un ciudadano guatemalteco, adoptó la nacionalidad guatemalteca.
Nadie comprendía cómo Alaíde se daba tiempo para abarcar tantos intereses en su vida: la crítica de arte, el feminismo, la poesía, la docencia, la vida académica, madre y esposa.
Por razones políticas debió exiliarse en México por algunos años. Sus indiscutibles méritos intelectuales le permitieron ocupar la cátedra.
El 19 de diciembre de 1980, sólo un día antes de su regreso a México, el auto en que viajaba Alaíde Foppa fue interceptado por policías del G2 del ejército de Guatemala, en pleno centro de la ciudad.
Desde esa fecha, Alaíde pertenece a esa categoría que en América Latina ha adquirido carta de estatus civil: los desaparecidos.
1 comentario:
Me gusta tu post de las casualidades. También la historia de Alaíde; o sea, como la has contado. Saludos
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