En general suelo darme cuenta de los momentos que voy dejando atrás al iniciar uno nuevo, incluso cuando a penas en mi mente visualizo una neblina de lo nuevo que viene... y suelo rechazar por simple naturaleza los cambios, tal vez por eso soy muy sensible cuando lo nuevo es inminente y me aproximo a el.
Ahora que lo pienso creo que ese momento dual (claro y transparente de lo que dejo atrás y nebuloso hacia lo que habrá de venir), es el que siempre me ha permitido ver lo que dejo atrás en el momento mismo en que comienzo a sacar del mundo de la abstracción el plan a modelar.
Y sí, el cerrar círculos me duele, incluso aquellos en los que el ansia y deseo de dejarlos atrás es fuerte, incluso aquellos en los que los malos o tristes recuerdos son más persistentes que los positivos, incluso aquellos en los que su ciclo no es más que un antro de monotonía y en los que el oxígeno en los que se basa su existencia sólo es el recuerdo de un viejo anhelo.
Hace ya meses (y dentro de muy pocas semanas un año) cerré y deje atrás uno de los ciclos que con más fuerzas he abrazado en mi vida, y desde el momento en que tome la decisión de dar ese paso hasta el mismo instante en que escribo esto, he estado convencida de que no había más opción que apagar esa tenue luz y seguir adelante. No sentí las dudas que en otras ocasiones, ni el miedo a lo que vendría, lo cual se debió a la explicación que en alguna ocasión alguien me comentó: "El dolor de su fin, lo pasaste durante la vida misma del ciclo"...
En todo este tiempo, he reflexionado y me he imaginado en un momento después a todo eso, sí, algo así como esos instantes en los que te encuentras años después de haber permanecido en un sitio y en los que te sientes totalmente ajeno a ese espacio del que te sentiste dueño alguna vez y, después del paso de los años, ya no recuerdas ni cual era el motivo que te mantenía fuertemente vinculado a él.
En mi caso, es aún temprano para encontrarme totalmente ajena a ese espacio y tiempo, sin embargo, a finales de año percibí claramente la primera distancia aún tenue a la que me encontraba de él... hoy, me he dado cuenta de que efectivamente, no soy ya la única que decidió tomar otro camino y que la distancia es de una inmensidad que nunca hubiera podido imaginar a tan sólo unos meses...
... a pesar de todo, es hasta ahora cuando comienzo a sentir la lejanía de lo que en algún momento creí un circulo perfecto y a tan poco tiempo, me siento ajena a ello.
... bienvenidos sean mis nuevos círculos imperfectos!