Laura

Hacía tres años que no la veía... sabía que las cosas no iban bien con ella y esa era la idea en general que me volvío cobarde para volver a su casa.

Tenemos la misma edad, compartimos muchos días cuando fuimos chavitas, ropa y muñecas idénticas... y el mismo abuelo.

Como ocurre con los cariños de la vida, creamos un lenguaje común y aunque no fuimos inseparables al crecer, siempre que nos veíamos encontrabamos que nuestro lenguaje seguía siendo parte de ambas y coincidiamos en nuestras locuras... extrañamente no guardo ninguna foto de ella...

La recuerdo vuelta loca con nuestras muñecas de Rosita Fresita y no tanto por las muñecas que caminaban, sino por que ambas teníamos una... su sonrisa enorme cuando le regale mis plumas que tanto le gustaban... y su gesto lleno de humanidad en el lecho de muerte de mi abuelo.

El domingo me encontré con un saco de huesos que resultan en una mujer que no es ella, comenzando por que hora pareciera 10 años mayor que yo... con un gesto y una actitud agresiva que he visto antes en otras personas que hacen lo mismo que ella... me dolió y me avergoncé de no haber estado antes con ella... y aunque nos abrazamos y nos dolimos, yo ya se que esa mujer que encontré no me devolverá a mi prima y seguro ya queda muy poco de ella... pero esa mujer que conocí el domingo me hizo ver que yo no soy lo que quisiera ser...