La ficción comienza cuando por el deseo extender los límites de la realidad nos desviamos del camino y en lugar de preguntar por lo que está sucediendo, comenzamos a cuestionar por lo que podría suceder.
A partir de ese punto nos encontramos con un universo infinito en el que preferiríamos perdernos... antes que continuar por aquel camino que no tiene un propósito.
Por ello, la imperfección de la realidad estorba a la ficción, por que la realidad poco tiene que ver con la seducción, mientras que a la ficción lo que más le gusta es seducir: de ahí que, se preocupe por ser y parecer perfectamente verosímil, aún dentro de su probable extravagancia.
Tal vez por ello, prefiero no hablar del inverosímil encuentro con "él" hace ya tres años, por que siento que cuento una historia que no puedo creer, y que sólo la creo porque me ha sucedido... y por que con su lejanía o el olvido me da miedo perderme en lo que podría suceder.
Basado en el ensayo "Para un fugaz reporte de obstetricia literaria: (Santas Violettas, Batman)" de Xavier Velasco
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