Sin melancolía

Estoy decidida, hoy quiero (muy a pesar de las circunstancias, cotidianas y reales) un día bonito... con todo y lo ridículo que se escucha el adjetivo... si, si, si hoy quiero:
Un sol brillante, que el ambiente esté lleno de colores intensos y psicodélicos, bailar en los anillos de Saturno, comer helado de galleta, que mi perrita mueva su cola y brinque sin importar que hoy no sea domingo, que huela todo rico (a tierra mojada), abrazar a todos los que en su contenido dice: "cariño", buscar nubes con formas de animalitos, sentir como se emociona mi piel, aplastar bolsitas de bolitas de aire, estar con todos mis amigos y que todos rían a carcajadas, sentir el aire en la cara, tomar un café calientito en su taza de cerámica, que las cervezas de la noche estén bien muertas, sentir mariposas en el estómago, comer otra vez un yogurt con fruta y amaranto tostado de los que venden afuera de la facultad, escuchar musiquita de viernes, que mi corazón lata y baile al ritmo de musiquita del "malo", tomar muchas fotitos, tirarme en el pasto, que "alguien" se conecte en el msg, hacer bombas enormes con el chicle, sentir la tierra húmeda entre mis manos, encontrarme un billete de 20 pesos en mi chamarra, dibujar muchas flores, que el cigarro se encienda a la primera, ver que algún chavito va saludando desde la ventana de un carro, que al señor que vende algodones se le terminen todos, que las estrellas esta noche brillen escandalosamente... que todo, todo, todo, se sienta, vea, escuche y huela bien.