Hace una semana, con diferencia a penas de horas, dos personas tuvieron a bien hacerme un par de invitaciones, distintas entre si, pero en cuanto a lo que podrían significar para mi, ambas muy significativas:
La primera, que tuve que rechazar por causas ajenas a mi y a mis deseos, fue por demás espléndida y única en mi vida: un viaje a Chicago, para ir a un concierto que se realizará mañana en esa ciudad. No entraré en explicaciones (no es necesario), son muchas las razones por las que me sentí feliz... pero es un sólo motivo el que hará que jamás la olvide: nunca, nunca, nunca había conocido a alguien que tratara de ser tannnn generoso conmigo, sólo por unas líneas escritas y unas cuantas charlas divertidas. Siento mucho no haber podido aceptar... sin embargo, la simple invitación fue suficiente para mantener una enorme sonrisa por toda una semana... Gracias!
La segunda fue aún más inesperada: en los últimos meses me ha ido un tanto mal en cuestiones de profesión, incluso hubo un momento en el que pensé que debería de comenzar a pensar en darle un giro a mi vida dedicándome a otra cosa... hacia fin de año y ya lejos del ajetreo y el estres me di cuenta de que no existe nada que a lo que le haya dedicado tanto tiempo, desvelo, angustia, pasión y concentración como a esto!... y pues aquí sigo... pues bien, de la nada (jaja digo, nunca se me hubiera ocurrido pensar que podría surgir una oportunidad diferente a un ascenso!) me están tomando en cuenta para conformar un grupo de consulta especializada... el futuro al respecto, es prometedor, claro, si resulta que es tal como me lo vendieron!... pero, no sólo esa ha sido la parte que hace feliz en cuanto a dicha invitación, en realidad son muchas: la sorpresa y lo inesperado del asunto, el hecho de que quien está confiando en mi, no es la primera vez que lo hace y bueno, la conformación del grupo de trabajo es envidiable (je, al menos para mi).
En fin... parece que una luz está siendo generosa conmigo y llega de puntos inesperados para darme unos hermosos regalitos... ya hasta creo que la probabilidad de que regrese a mi demonio es fuerte!
La primera, que tuve que rechazar por causas ajenas a mi y a mis deseos, fue por demás espléndida y única en mi vida: un viaje a Chicago, para ir a un concierto que se realizará mañana en esa ciudad. No entraré en explicaciones (no es necesario), son muchas las razones por las que me sentí feliz... pero es un sólo motivo el que hará que jamás la olvide: nunca, nunca, nunca había conocido a alguien que tratara de ser tannnn generoso conmigo, sólo por unas líneas escritas y unas cuantas charlas divertidas. Siento mucho no haber podido aceptar... sin embargo, la simple invitación fue suficiente para mantener una enorme sonrisa por toda una semana... Gracias!
La segunda fue aún más inesperada: en los últimos meses me ha ido un tanto mal en cuestiones de profesión, incluso hubo un momento en el que pensé que debería de comenzar a pensar en darle un giro a mi vida dedicándome a otra cosa... hacia fin de año y ya lejos del ajetreo y el estres me di cuenta de que no existe nada que a lo que le haya dedicado tanto tiempo, desvelo, angustia, pasión y concentración como a esto!... y pues aquí sigo... pues bien, de la nada (jaja digo, nunca se me hubiera ocurrido pensar que podría surgir una oportunidad diferente a un ascenso!) me están tomando en cuenta para conformar un grupo de consulta especializada... el futuro al respecto, es prometedor, claro, si resulta que es tal como me lo vendieron!... pero, no sólo esa ha sido la parte que hace feliz en cuanto a dicha invitación, en realidad son muchas: la sorpresa y lo inesperado del asunto, el hecho de que quien está confiando en mi, no es la primera vez que lo hace y bueno, la conformación del grupo de trabajo es envidiable (je, al menos para mi).
En fin... parece que una luz está siendo generosa conmigo y llega de puntos inesperados para darme unos hermosos regalitos... ya hasta creo que la probabilidad de que regrese a mi demonio es fuerte!
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